Mi nombre es Emily Ray, tengo 20 años y tengo un hijo de 7 años y una hija de 6. Mi marido, mis hijos y yo trabajamos en la fábrica Hierro’s House. Trabajamos en unas condiciones de vida lamentables. Yo trabajo 16 horas todos los días y mi marido 18 horas diarias, cobramos un salario muy bajo que casi no nos permite la supervivencia. Mis hijos trabajan 14 horas todos los días menos los domingos. Los hombres cobran £2 mientras que las mujeres y los niños realizando el mismo trabajo cobramos la mitad menos.
No tenemos vacaciones ni tampoco tenemos derecho a atenciones médicas.
Las condiciones de trabajo son muy duras ya que en la fábrica sólo pretenden obtener el máximo beneficio, por encima de cualquier consideración.
La disciplina es muy estricta y nos castigan con sanciones económicas e incluso castigos corporales, los despidos son muy frecuentes y si alguien se pone enfermo no hay existencia de pensión por enfermedad. Las condiciones en la fábrica son insalubres (humedades, altas temperaturas, escasa luz, etc.) que conllevan a enfermedades.
Tenemos que cuidar más de las máquinas y de hacer que funcionen correctamente que a nuestra propia vida. Así perdió mi marido 2 dedos de la mano izquierda porque no podía quitarla ya que era más importante cuidar la máquina que cuidarse él.
La escolarización no es común, y en mi hogar necesitábamos que nuestros hijos trabajasen pronto para poder sacar adelante a la familia.
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